Fecha: 12.12.2023
Hora: 20:33 hs
(Hora local Argentina)
La ira nos impide cumplir las metas que tenemos. La ira es un impedimento en nuestro programa de llevar a cabo cambios positivos en la sociedad y en nosotros mismos.
La presencia de la ira en nuestras mentes, cuando estamos tratando de cambiar cualquier dinámica social, es nociva ya que nos atrapa en la postura de víctimas, y es importante entender cómo esto funciona.
Los aspectos emotivos y afectivos, y a la misma vez cognitivos, se juntan en la formación de la actitud de la ira. Una emoción no es puramente salvaje e irracional sin ninguna base lógica o de procesos cognitivos de interpretación, sino que hay un componente intelectual o conceptual que está en conjunto con este aspecto emocional. Cuando entramos en estado de ira estamos etiquetando una situación con el poder de hacernos satisfechos. Nosotros aquí estamos entregando mentalmente nuestro poder personal, y diciéndonos, como parte de la narrativa de la ira, que esa experiencia tiene el poder de hacernos sentir felices. Esto genera la consecuencia y sensación de que estamos sin poder, es decir, es el otro quien controla la situación cuando estamos enojados, y la ira misma reactiva y refuerza esta postura de víctimas en la dinámica. La segunda consecuencia es que con la ira congelamos la interpretación que tenemos, solidificamos lo que vemos y nos separamos de lo que está aconteciendo. Pero si logramos mirar con calma podremos identificar y reconocer nuestra conexión con la experiencia.
¿Qué podemos hacer cuando esta emoción tan habitual nos empieza a surgir?
Cuando negamos ser parte de la experiencia entramos en una narrativa de parálisis, pero, ¿Dónde puedo aportar algo positivo? Cuando identificamos que somos parte de una situación estamos retomando el poder que la ira nos quitó. Una situación de ira nos hace ponernos en un lugar de “no tener”. Simplemente ubicándonos en la acción, y no en víctimas, ya nos empezamos a liberar de esa identificación con la carencia.
Cuando tenemos la mente en calma podemos empezar a reconocer donde podemos ser parte de un cambio positivo y convertir esto en una oportunidad. La ira nos ciega a las oportunidades.
Marte es el dios de la guerra, representa la ira, la lucha, pero también el coraje, la acción y la capacidad de visión y comprensión que tenemos sobre las experiencias.
En esta Luna nueva en Escorpio la Luna se junta con Marte y esto es un Mahabhagya yoga.
En sánscrito Maha significa “gran” y bhagya significa “fortuna”. Esta configuración nos traerá la posibilidad de obtener beneficios, y esto es debido a que la Luna se trata de seguridad, sustento y éxito material; y Marte aquí dará un impulso realmente potente, dándonos sustento debido a nuestra propia iniciativa de tomar riesgos y atrevernos a más.
Pero para que esto suceda requiere de una disposición de apertura a las condiciones. La Luna es la mente, gobierna la felicidad y la realización en nuestra existencia. Tiene el programa de ADN que gobierna nuestra existencia mediante el cual quemaremos nuestro karma. Con la Luna junto a Marte la mente actuará a gran velocidad, orientándose a objetivos; pero solo cuando nos sentimos parte de la experiencia y no generamos una división con lo que nos está aconteciendo es entonces que podemos actuar.
La Luna junto a Marte es una configuración que establece metas y objetivos. El problema aquí será que hay planetas maléficos involucrados, y esto traerá desafíos. Este es un contacto de volatilidad emocional. Uno podrá estar derramando o reteniendo emociones tratando de controlarlas. La Luna en Escorpio está debilitada, es muy sensible y emocional, pero también trae sentimientos muy profundos y significativos. Marte nos llevará al límite pudiendo negar claridad a la sincera profundidad de nuestras emociones. Será fundamental no reprimir. Debemos buscar la forma de mostrar nuestros sentimientos de una manera constructiva, de modo contrario entraremos en estados de irritabilidad, y la ira hará que la mente se cierre a muchas posibilidades.
Marte y la Luna recibirán el aspecto de Saturno, y esto nos volverá tercos, generará fijeza, pero también nos otorgará una gran capacidad de concentración y fuerza de voluntad.
Habrá cierta falta de flexibilidad y esto impactará definitivamente en nuestras relaciones.
Saturno puede dar separación y discordia, incluso un aspecto competitivo y de impermeabilidad; esto negará oportunidades, pero si logramos flexibilizarnos entraremos en ámbitos de integración generando los cambios que necesitamos enfrentar.
Por otro lado, el contacto de Rahu traerá vertientes ocultas, secretas, de manipulación, así que será fundamental ser abiertos y completamente francos.
Júpiter es la confianza en el orden divino. Este se encuentra en oposición a Venus expandiendo dicha naturaleza. Júpiter incrementará la buena fortuna y el éxito. También es una indicación de enorme generosidad. Pero esta configuración puede dar un gran sentido de insatisfacción, ya que Júpiter buscará destruir a Venus sacándonos de la búsqueda material. Habrá una lucha interna entre adquirir sabiduría e ir en búsqueda del confort y el logró material.
Cuando nos sentimos perdidos estamos abandonando el control del ego y cediendo ese control a lo superior. Debemos soltar la soberbia de que conocemos el mundo. Necesitamos experimentar la vida como una gran aventura de conocimiento, de encontrar la verdad a través del dejarse perder, y esta es la gran lección que nos trae Escorpio. Uno cree saber a dónde va, pero debemos dejar que la vida también nos oriente.
Este es un momento de cortar con los viejos ciclos, un momento de principio y de final.
Ketu solo nos dará la verdad de la situación. Ketu va en contra de todos los demás planetas porque quiere llevarnos a la liberación, por lo tanto rompe los lazos del deseo material.
El sufrimiento humano es una etapa nada más. Escorpio nos traerá instantes de verdad, de revelación,de crisis y de encontrarnos con la realidad que se hallaba dentro de la experiencia que veníamos teniendo.
Este será un tiempo de revisión. Durante una Luna nueva se planta una semilla, y esta lunación traerá una semilla de visión. No debemos quedarnos en la postura de víctima, debemos ver las oportunidades para cambiar las dinámicas. Marte nos impulsa a buscar la verdad, a crear nuevas perspectivas. Cuando entramos en estados de ira nuestros juicios quedan dañados y limitados. La capacidad de generar estrategias es la capacidad de ver oportunidades.
Necesitamos fortalecer nuestra facultad de conocer las cosas, de experimentarlas, traducirlas y explicitarlas. Aprender no es lo mismo que comprender. Comprender es una vez asimilado el aprendizaje.
Debemos soltar la materia y animarnos a desmaterializar la experiencia, de sacarle su fijeza. Cuando nos enojamos estamos solidificando una relación de desconexión de que aquello que vemos afuera no depende de nosotros. Si miramos la actitud que tenemos cuando surge la ira o el enojo es que queremos negar la relación entre nosotros y lo que estamos experimentando. Y negar esta conexión y relación es lo que nos impide actuar de manera sabia, hábil y eficaz para cambiar una dinámica. Para realmente aportar en una situación uno debe tener una conexión, un acceso, y formar parte de la dinámica. Si no formamos ninguna parte de la dinámica, ¿cómo vamos a cambiarla? ¿Cómo la vamos a impactar de manera positiva?
Solo cuando somos capaces de reconocer que somos parte de esta mezcla es cuando podremos hacer algo al respecto.
Si hay una dinámica que queremos cambiar necesitamos analizar y desatar un nudo de condiciones, identificar lo que realmente podemos cambiar y afectar para tener un mayor impacto en las situaciones.
Debemos de recordar que siempre podemos aportar algo porque siempre tenemos una conexión. La sociedad somos nosotros, y aunque intentamos aislarnos, estamos profundamente interconectados.
Om Namaḥ Ṣivāya
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