Fecha: 21.03.2023 Hora: 14:24 hs (Hora local Argentina)
La Luna es un planeta que alude al agua, es jala tattva, y es el intermediario entre el ātman y el cuerpo. El agua es densa y puede bloquear la luz del Sol, por eso es enemiga de agni tattva (el elemento fuego). Nuestro cuerpo está compuesto de 75% de agua, pero no hay ningún tipo de registro y medida del tiempo sin tomar en cuenta el Sol, y sin el tiempo no puede haber ritmos poéticos, ni estaciones, ni ningún ritmo en el mundo. Todo se origina en el Sol, ya que él es el alma de nuestro sistema.
Esta Luna nueva (la Luna en conjunción al Sol) se da en el signo de Piscis, en la nākṣatra Uttara Bhadrapadā. Debemos recordar que toda Luna nueva es la unión entre el espacio y el tiempo, y esta es la esencia del universo.
Uttara Bhadrapadā es la estrella guerrera. Su regente es Śani, y la deidad Ahirbudhnya, la serpiente de agua conocida como la serpiente de las profundidades (es el Dios de la fertilidad, asociado a la energía Kundalini y el Chakra raíz). También se la conoce como la encarnación de Rudra y es por eso que podrá traer rupturas violentas, pero siempre será aparejado de una cura con una nueva conciencia. Veremos desaparecer colectivos y organizaciones sociales en torno a visiones comunes de futuro. Esta nākṣatra tiene la energía de Saturno y Júpiter. El nombre viene de la raíz sánscrita donde Uttara significa “después”, Bhadra “bendecido” y pada “pie”. Esta constelación alude a emociones fuertes, al poder de habitar la profundidad de nuestro mundo interno con una gran capacidad de transformación. Debemos de saber que después del llanto vendrá el alivio, porque el agua trae siempre consigo un proceso de purificación. Por otro lado, se beneficiarán temas relacionados a herencias. Es una nākṣatra de disciplina y desapego. Saturno aquí creará la orilla, la estructura para que fluya el agua en un nivel más profundo. Se deberá interiorizar la energía emocional, pero para eso se requerirá de paz y calma para mantener la sensibilidad intuitiva de la mente.
El Yogatārā (las estrellas predominantes dentro de esta nākṣatra) está compuesta por dos estrellas al norte de la eclíptica, Alpheratz (la estrella más brillante de la constelación de Andrómeda), y Pegasus, formando el cuadrado del Pegaso. Pegaso es el caballo alado, en la mitología griega, el héroe montado en el caballo alado destruye a la terrible Quimera. Tiene la tarea de cargar los rayos de Zeus (rey de los Dioses del Olimpo. La figura de Júpiter), siendo catalogado como fuente de inspiración e impetuosidad.
Júpiter, en esta lunación, también se encuentra en Piscis pero en la nākṣatra de Revatī. Revatī se relaciona con los finales y la finalidad del tiempo. Su símbolo es un tambor, que se utiliza para marcar el tiempo. Revatī significa "los ricos" y generalmente se asocia con la abundancia o la prosperidad. Es una estrella auspiciosa para el crecimiento espiritual y produce grandes dones intuitivos. La motivación primaria es mokṣa o liberación espiritual. Es el gran vientre de la madre divina, que revela tanto el final como los nuevos comienzos. Su regente es Buddha, y su deidad Pūṣan, el criador. Tiene la energía de Júpiter y Mercurio. A la deidad Pūṣan se la considera el protector de los rebaños invocado en los Vedas un viaje seguro. Está asociado con la fertilidad, el crecimiento rápido, la abundancia y la provisión de refugio. Este nākṣatra tiene el poder de nutrir, simbolizado por la leche. La inteligencia creadora abunda en esta mansión lunar, otorgándonos la oportunidad de crecer y posicionarnos en un plano superior de maduración. Es una posición que tiene el poder de llevarnos de regreso a nuestro centro.
Como dijimos, la Luna es la fuente del agua, pero quien la controla es Venus. Es decir, el 75% de nuestro cuerpo es controlado por Venus, y Venus se encuentra junto a Rahu (la sombra de la Tierra), generando un conflicto entre la fuente y el suministro (el consumidor). Esto podría distorsionar las cualidades intrínsecas de nuestra naturaleza venusina, como puede ser el desequilibrio entre el “dar y recibir”, la búsqueda obsesiva por el placer o la pérdida del justo juicio. Ambos planetas se encuentran en la nākṣatra Aśvin, la estrella del transporte. Su regente es Ketu, y la deidad es Aśvini Kumār, los médicos de los Dioses. Esta mansión nos impregnará de energía entusiasta, como un caballo, capaces, optimistas, trataremos de estar por delante de los demás. El símbolo de este nākṣatra es la cabeza del caballo. El poder y la resistencia, así como la naturaleza testaruda, se encuentran dentro de esta constelación. La gracia y la belleza de un caballo en vuelo se presencian aquí. Pero al estar junto a Rahu se podrá ser impulsivo, agresivo, o con una naturaleza obstinada y arrogante.
Si recitamos el mantra Mṛtyuñjaya estaremos asegurando que jala tattva sea fuerte.
Este es un periodo intermedio en el cual vamos a presenciar el hundimiento de las viejas normas, las viejas estructuras y el nacimiento de lo nuevo. Mientras tenemos la posibilidad de crecer en el mundo inmaterial, la materia se desvanecerá. Este en un momento de cambio y trascendencia.
Pero recuerda, la serenidad no es estar libre de la tormenta, sino mantener el equilibrio en el centro de ella. Solo seremos libres cuando nos convirtamos en testigos. Encontrar el amor de Īśvara (Dios) es la clave para el misterio de la vida. Cada uno deberá penetrar en su experiencia para encontrar la geometría de su vida.
Om Ahirbudhanyaya Namaḥ
Comments